Cuando un perro llega por primera vez a una casa, es importante que se le acostumbre desde el principio a que haga sus necesidades fuera casa. Has de pensar que para ellos el suelo ha sido su inodoro. Algunos se adaptan inmediatamente a la nueva idea de que esto es tabú en los suelos de interior, a otros les cuesta más.
Cada vez que lo haga dentro, pasará el efecto contrario, que se estará acostumbrando a hacerlo dentro, y luego será más difícil deshabituarlo.
Los momentos más críticos son:
1. Al despertarse
2. Después de comer
3. Después de haber jugado.
Al principio, es aconsejable sacarlo antes de comer o inmediatamente después de despertarse, y estar muy pendientes de él hasta que salga a la calle, para que no cometa el “error de hacérselo en casa”.
También al principio, es aconsejable sacarlo cada dos horas. Y llevar encima una golosina, o algo que le guste al perro para premiarlo cada vez que lo haga en la calle, y felicitarlo ostensiblemente, diciéndole muy bien, y unas palmaditas. Así aprenderá más fácilmente. Funcionan muy bien las salchichas tipo Frankfurt, que es lo que usan muchos adiestradores.
No vuelvas enseguida a casa después de hacer sus necesidades, ya que el perro puede interpretar el hacerlo, con algo negativo: El final del paseo.
No sólo sirve de nada reñirlo, sino es contraproducente, después de cometer el error, restregarle el hocico, castigarlo, ya que el perro no relacionará y no sabrá de que va la historia, y le ocasionaremos estrés.
Basta decirle un no rotundo en el momento de pillarlo in-fraganti, incluso si disponemos de patio o jardín, levantarlo a la altura del pecho y llevarlo allí.